Normalmente se realiza a través de la piel, colocando un gel acuoso que sirve de contacto con la sonda que maneja el médico, el cual visualiza las imágenes en un monitor. Para determinados órganos es necesario introducir sondas especiales en el recto o la vagina para el estudio, así ocurre en los estudios de próstata o ginecológicos. En cualquier caso se toman las medidas de bioseguridad necesarias.